Un acercamiento a la ruralidad relegada

Por Paula Garcías Bascur y Camila Soto Salas

El contexto de pandemia como ya sabemos cambió muchas dinámicas dentro de nuestro país y para nosotras la nueva modalidad de estudio. Nos encontramos finalizando nuestra carrera universitaria, por lo que este año nos tocaba realizar la práctica profesional. De modo que la búsqueda y el realizarla, fue un tanto compleja y diferente a lo que esperábamos que fuera. Así llegamos a la ONG Observatorio CITÉ, donde mediante teletrabajo, se nos encomendó la tarea de definir qué y dónde se encuentra la ruralidad relegada. El hallar estas respuestas nos condujo a una odisea epistemológica, que es necesario exponer para visibilizar las complejidades de la realidad rural chilena.
El primer hallazgo fue conocer que en Chile la definición de la ruralidad se basa en lo no urbano, en otras palabras, en la baja densidad de población que habita un lugar y en la relación que estos sectores tienen con el desarrollo de actividades como la agricultura, ganadería, pesca, recolección de algas, entre otras. De modo que las intervenciones tanto públicas como privadas han sido realizadas bajo esta primicia. Pero ¿es solo esto la ruralidad? Claro que no.
La ruralidad tiene diversas características, esto dado por los diferentes, contextos, actividades, culturas y distribución geográfica en la que se encuentre, es por ello que la definición y las características que le han dado a este concepto carecen de realidad y en Chile trabajar con una definición tan amplia a lo largo del país genera más problemas que soluciones. Así en el año 2014 nace la Política Nacional de Desarrollo Rural donde amplían el concepto de ruralidad y añaden “territorio rural”. Si bien es un buen comienzo, aún queda mucho por avanzar y estudiar en profundidad lo que es la ruralidad para resolver sus problemáticas.
En base lo anterior, en esta práctica nos aventuramos y quisimos profundizar en la ruralidad y en su relegación, para ello elegimos las comunas rurales de la Región Metropolitana, que es el área urbana funcional más importante del país, albergando 18 comunas rurales, representando en superficie el 85% de la región. Dentro de los resultados que obtuvimos, por un lado, se halló una alta vulnerabilidad social en las localidades rurales, la cual va aumentando a medida que se aleja a centros urbanos y al Gran Santiago, lo cual implica que estos espacios contengan a población susceptible a no poder cambiar situaciones desfavorables. Además, esta vulnerabilidad incide en la probabilidad de que exista un deterioro en la vivienda, por lo que, en esta búsqueda, encontramos que este deterioro se concentra en las localidades que se encuentran en los límites de la región.
Por otro lado, la accesibilidad y conectividad de las comunas rurales a servicios básicos tiene problemas, puesto que muchas personas se encuentran a más de 7,5 km de establecimientos de salud o educación, sumándole a ello la precariedad existente en el transporte público. Este fenómeno tiene un comportamiento similar a la vulnerabilidad, concentrándose este en sectores lejanos a centros urbanos, afectando directamente en el desarrollo y alcance del bienestar de esta población.
Además, de la vulnerabilidad social, también se presenta la vulnerabilidad climática, afectando a los sectores periurbanos, dado por las características urbanas de estos, aumentando la impermeabilidad y la erosión de suelos promoviendo inundaciones, islas de calor y deslizamientos. Sin embargo, el tema más importante de esta vulnerabilidad es el acceso al agua de estos sectores, pues este es limitado para muchas localidades, generando un riesgo alto y repercusiones tanto en la población como para las instituciones.
Todos estos hallazgos de la ruralidad en la región nos acercan a lo relegado que se encuentran estos sectores, ya sea desde el acceso a servicios básicos, a la condición de sus viviendas o a la imposibilidad de poder superar situaciones de riesgo, estos presentan los desafíos a los que se enfrentan las localidades de las comunas rurales. Lo relegado por tanto se relaciona con el modo en que se ha definido y planificado la ruralidad.
De este modo, se hace necesario seguir avanzando en la Política Nacional de Desarrollo Rural para comenzar a entender la ruralidad de una manera integrada, no solo desde la densidad y desarrollo de actividades primarias, sino que a través de sus diversas características, formas y particularidades del territorio en que esta se presenta de norte a sur, de este a oeste, por tanto, debe seguir avanzándose en esta línea en otras regiones para entender cómo se desarrolla y se caracteriza la ruralidad relegada, teniendo una radiografía rural chilena.

(1) Paula Garcías Bascur es Licenciada en Geografía de la Universidad de Chile
paula.garcia@ug.uchile.cl

(2) Camila Soto Salas es Licenciada en Geografía de la Universidad de Chile
camila.soto.s@ug.uchile.cl

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